domingo, 9 de octubre de 2011

¿EL EFECTO MATRIX?


¿Recuerda la película Matrix, esa en que las personas vivían en un estado de suspensión conectadas a máquinas que les suministran la ilusión mental de unas vidas normales a cambio de usar su energía vital?  Es interesante recordarla, porque un porcentaje cada vez más significativo de los chilenos tenemos la percepción de estar viviendo en un situación  similar, en la que el sistema—el modelo, dijéramos—nos permite la ilusión de una vida plena al permitirnos gozar de ciertos bienes de consumo a cambio de comprometer ad eternum nuestra energía productiva.
El traspaso se materializaría a través de una transferencia abusiva de nuestro esfuerzo a  las entidades de servicios como las de agua, electricidad, gas, transporte y comunicaciones; a las financieras como los bancos, las tarjetas de crédito y las tiendas del retail; a las de movilidad y seguridad social como la educación,  las AFP y las ISAPRE, de manera que el objetivo de fondo ya no sería social (proporcionar  a la población  bienes y servicios) sino puramente económico (mantenernos cautivos en tanto fuésemos productivos), de manera de ganar a costa nuestra.
Este sentimiento social creciente de toma de conciencia—que por lo demás tiene expresión planetaria—es el que  subyace bajo los distintos tipos de manifestaciones de las que hemos sido testigos en los últimos meses, desde las protestas por Hidroaysen a las manifestaciones estudiantiles y caceroleos. Es lo que explica  que un Presidente empresario sea tan impopular y que un gobierno de derecha sea rechazado tan ampliamente. Temas como el de los sobresueldos de hace unos años, el de las obras concesionadas que no operan bien, o el escándalo de La Polar, por mencionar sólo algunos hechos, explican el escalamiento del problema.
El efecto Matrix puede ser imparable y generar cambios que lleguen a ser peores remedios que la enfermedad, sobre todo cuando son aprovechados como parte de estrategias políticas. Ya lo vemos en los estudiantes, que están pidiendo cambiar el mundo—modelo, estructura tributaria, propiedad, etc.—para  solucionar el   problema de la educación. El tejo pasado es el peligro de todos los procesos pendulares.
Volviendo a la película Matrix, recordemos que los pocos humanos que se habían sustraído al control de las máquinas terminaban por triunfar de la mano de un lider carismático y capacitado, arrastrando a su causa a cada vez más conversos liberados. Algo así  estaría pasando ahora en el mundo real: Matrix sería el modelo y los líderes estudiantiles podrían ser personificaciones de  Neo… Y Gajardo bien pudiera ser Morfeo.
En todo caso una guerra…Tal vez sería oportuno releer a  Sun Tzu.

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