¿La Gordi de Primer Ministro? ¿Se la imagina de pie, muy derecha, un poquitín echada para atrás, con el mentón algo tirado a la izquierda y actitud estatuaria? ¿Y se imagina al presidente sólo de adorno? Claro que no es novedad tal como están las cosas, pero ¿se lo imagina con otro personaje con mayor prestancia que el que tenemos?…En cualquier caso, la sorprendente propuesta de este atisbo de acuerdo político da esperanzas de que se pudiese llegar a acordar una reforma que abriera las puertas a un nuevo tipo de relaciones políticas. Una esperanza que sería muy difícil de materializar en un gobierno de izquierda y que se hace posible en uno de derecha sólo por la pobre perspectiva que tiene su futuro. Es un pequeño paso para Walker y Larraín, es cierto, pero un paso enorme para la política chilena ¿Será para mejor? ¡That is the question!
Pensando en lo que me gustaría, me gustaría un Presidente con más imperio que poder, con menos exposición pública y más posibilidad de respaldo ciudadano en buena onda. Posiblemente con menos perfil estatuario—para carne de estatua ya tuve suficiente con Lagos—y con más vocación de componedor. En tal sentido, la figura de un Presidente separado del Jefe de Gobierno, pareciera calzar.
En términos de un sistema electoral, me gustaría uno donde la relación entre electores y elegidos fuese más cercana geográfica y socialmente hablando y en el que no hubiese las tremendas diferencias del sistema actual, donde hay representantes elegidos con tan poco como quinientos votos en tanto otros los son por cientos de miles. Preferiría el sistema uninominal, con un mayor número de distritos y circunscripciones y por lo tanto con más senadores y diputados gozando de dietas mucho más reducidas. Posiblemente con una proporción muy bien estudiada de diputados y senadores regionales y/o nacionales, de manera de corregir todo lo posible la distorsión que introduce la distribución desigual de la población.
En lo que se refiere a la distribución del poder, quisiera un definido aumento de las potestades regionales, con la elección del mayor número posible de sus autoridades y representantes, de manera de asegurar un incremento de la responsabilidad civil, por ahora tan deteriorada.
En materia de recursos, quisiera una asignación de presupuestos regionales de administración autónoma en todo aquello que compete al corto y mediano plazo, paralelos a presupuestos nacionales de largo plazo en aquellos rubros en que la administración central pueda tener una visión prospectiva más equilibrada.
Pero quisiera, también, algo que se que es imposible lograr: quisiera que las manos de los ladrones, corruptos, aprovechadores, oportunistas, explotadores, abusadores y apitutados, se mantuviesen fuera de mis bolsillos.
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