jueves, 22 de diciembre de 2011

EL FIN DEL MUNDO

Que el mundo se va a acabar, nadie lo duda. Que se viene anunciando el fin del mundo de tiempo en tiempo, también es cierto: para el año 1000, en plena edad media el anuncio causó miles de suicidios; para el 2000,  ayer nomás, hubo otra ola de suicidas aunque bastante menor;  ahora se dice que el acabo de mundo será el 2012, como lo habrían dejado anunciado  los mayas en algún documento misterioso.

Creo que el acabo de mundo será efectivamente este año 2012 y nada menos que aquí en Chile, porque nadie sabe qué pasará con los cuatro millones y medio de nuevos electores incorporados al padrón electoral por la ley recién aprobada.  Y si los ciudadanos medrosos y creyentes de las supersticiones están atemorizados con la perspectiva del cumplimiento de la predicción maya, los políticos están aterrorizados porque toda su información sobre el comportamiento electoral de los ciudadanos inscritos en sus distritos y circunscripciones electorales, cuidadosamente administrada durante años, certera y asegurada,  base de datos invaluable para organizar eventos, reuniones y labor proselitista, se fue al agua. Como diría un mexicano, todo el conocimiento electoral  se fue al carajo…¡Ese si que es acabo de mundo!

Los perjudicados van a ser los ancianitos votantes seguros y preferentes—a quienes se organizaba tecitos con torta y se los transportaba amablemente a los locales de votación para que no caminaran tanto—; los   viejos y fieles  tercios partidarios—festejados antes y después de cada elección con cenas y regalitos— y los pobladores de los sectores históricamente controlados por los líderes políticos—alimentados con las promesas electorales de siempre y siempre esperanzados en su rápido cumplimiento—que en esta pasada no serán tan determinantes. ¡Y no es para menos!

Nadie sabe certeramente qué va a pasar con los millones de nuevos votantes  y eso es lo terrible…¿Irán a votar o se quedarán en sus casas? ¿Votarán en número suficiente como para hacer inútiles los cálculos? ¿Serán determinantes para ciertos candidatos? Tampoco se qué va a ocurrir, pero ver cómo sufren los políticos por estos días me produce extremo placer. Aunque sea por una vez, no tienen la sartén por el mango y no tienen el poder asegurado. Si Ud. cruza los efectos del movimiento estudiantil, con los escándalos de estafas y colusiones, con el malestar generalizado contra el gobierno y la oposición y le agrega como aliño el cambio del padrón electoral, tenemos a la vista un verdadero acabo de mundo.

Lo único que me podría causar mayor placer todavía sería que hubiese efectivamente una reforma de la estructura tributaria que apretara a los motones de frescos que eluden o rebajan impuestos; que se investigasen a fondo los montones de irregularidades que se ocultan en las instituciones públicas y servicios del Estado por contratos de personal en exceso, contratos truchos, propuestas chuecas y coimas varias; y que se pusieran en evidencia las diabluras de los académicos  al interior de las Universidades. Si así se hiciese veríamos, para felicidad de muchos, otro acabo de mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario