Recuerdo que un cómico francés argumentaba de manera muy divertida que todas las grandes religiones—Cristianismo, Islamismo, Budismo, etc.—habían sido construidas sobre la base de rumores: no había en ellas una documentación certificada o fidedigna, casi todo los escritos sobre sus hechos eran copias de copias, todo lo sabido sobre Jesús resultaba ser información de oídas, todo lo que sabemos de Mahoma y su Arcángel provenía de segundas y terceras fuentes y la información sobre Buda era sumamente indirecta. Conclusión decía el humorista, las religiones eran rumores persistentes.
Más allá de la gracia de la argumentación, la verdad es que la mayor parte de lo que sabemos sobre un buen número de temas sólo constituye rumor: los extraterrestres, las abducciones, Pie Grande, el Chupacabras, el calentamiento global, la contaminación global, el asesinato de Kennedy, el cambio climático, el fin del mundo según los Mayas…en fin. Historias pasadas de boca a oreja, originadas encrónicas orientadas a vender más diarios y revistas, salidas de programas de televisión tratando de cazar raiting. A veces interesadas campañas para conseguir algún fin, generalmente económico o político.
Claro es que algunos de estos rumores se fundan sobre información presuntamente fidedigna o de tipo científico, pero cualquiera que investigue descubre, a la larga, que esa información es falsa o por lo menos, se entrega torcida o manipulada. Si a Ud. le dicen que el calentamiento global es alarmante porque en este verano y otoño tuvimos tremendos calores incluso en abril y las temperaturas vienen subiendo en los últimos 50 años, descubrimos que se trata de una generalización imprecisa, porque las variaciones de temperatura se mantienen a nivel geográfico—que es la escala significativa—dentro de parámetros bastante normales. Le recomiendo, en ese sentido, revisar los relativamente numerosos años de estadísticas de temperaturas estivales que hay en Chile. Podrá comprobar que el fenómeno de alza de las temperaturas es recurrente cada pocos años, con una causa seguramente natural (lo que verdaderamente acusa alza de temperaturas es el ambiente urbano, por razones fáciles de comprender) ; si le cuentan que la contaminación producida por las ciudades está matando el planeta por el efecto que tienen sobre el medio, mire cualquier ciudad desde cierta altura en las fotos de Google Earth y compare su tamaño con el de su región y su atmósfera con, por ejemplo, la erupción y la columna de ceniza del volcán Chaitén en la zona sur, fenómeno que sí contamina y sí puede ser peligroso a escala mayor.
Tengo la impresión que el rumor se filtra sistemáticamente en las encuestas y condiciona las percepciones del ciudadano común en materia de opinión. Y me parece, también, que el aprovechamiento del rumor como elemento generador de opinión por hábiles operadores, es un hecho no siempre considerado. En la vieja política chilena—la de los años 30, 40 , 50 y 60—muchos candidatos potenciales fueron anulados con la diseminación de rumores perversos: que eran homosexuales, que eran violadores, que eran mujeriegos, que habían robado plata, fueron los más inofensivos pero los anularon igual. En la política actual circulan impunes montones de rumores elevados a la categoría de verdades reveladas: la buena imagen de Bachelet y la mala de Piñera lo certifican.
A estas alturas, la gente ya repite como simio cualquier cosa que salga en la televisión, y como en la televisión chilena solo dicen tonteras, pues eso es lo que repiten como loros. Ya no se sabe lo que es rumor, lo que es verdad, ni lo que es mentira.
ResponderEliminarA propósito de Kennedy, yo estoy convencido de que lo mataron por traicionar a sus amigos de la mafia. Y no creo que sea un rumor. ¿O si?.