jueves, 24 de mayo de 2012

MALAS IMÁGENES:

En los comics para niños de hace algunos años,  los tahures siempre aparecían personificados por zorros, los detectives por sabuesos, los recaudadores de impuestos por buitres y los banqueros y millonarios por cerdos. Cerdos vestidos de frac, con colero y bastón, pero cerdos al fin. Inevitablemente la imagen penetraba el cerebro de los niños, que terminaban teniendo mala idea de los zorros, cierta admiración por los sabuesos, repulsión por los buitres y francas malas vibras con los banqueros y millonarios. Por lo menos a mi me ocurrió así, de manera que subliminalmente tiendo a pensar en buitres cuando llega el momento de los impuestos y en  chanchos cuando  de préstamos e intereses se trata.

También de mi edad infantil proviene la mala idea que tengo de los políticos—sobre todo los diputados—y de los jueces. Respecto de los segundos, un compañero de estudios de mi padre en Leyes—él se tituló cuando yo tenía siete años—flojo , desidioso, de mala índole y bastante deshonesto (copiaba y plagiaba y casi lo pillan en su memoria), ingresó  al poder judicial, donde hizo larga carrera. También era Juez un tío carnal, temido por sus arbitrariedades y mal genio y por su carácter vengativo. Indudablemente mi percepción era derivada y de oídas, pero  no por eso era menos potente y en verdad, nada de lo que he podido ver después en mi larga vida en materia de la judicatura, ha cambiado mi percepción. Cuando pensaba estar equivocado vino el Juez Guzmán con su invento del secuestro permanente e impidió mi redención.

De la época de mi pre adolescencia viene mi repulsión por los políticos. La personalizo en un  correligionario de mi padre, que por obscuras artes llegó a ser diputado en el viejo congreso. Por alguna razón--seguramente el pequeño mundo de la provincia hizo que tuviéramos relación con él—tuve oportunidad de verlo y escucharlo en el juego de los acarreos, los sobres brujos y el cohecho, del mismo modo que en las añagazas para perjudicar a contrarios y partidarios por igual. Tengo grabada una pregunta que hizo bajo un parrón veraniego con un vaso de tinto en mano cuando se hablaba de tácticas y estrategias electorales…”¿Y si corremos la voz que es marica?”. Yo que jugaba en el maicillo del suelo con un camioncito de madera entendí perfectamente que se trataba de construir una mentira. Algo así como la idea esta de la “letra chica” que se le cuelga ahora  a cualquier iniciativa que se quiera vulnerar.

Posiblemente es por todo lo explicado, que cuando supe los de los quinientos mil chanchos  generando malos olores  en Freirina, pensé automáticamente en trasladar el Congreso a esa localidad.

1 comentario:

  1. Buena idea, ahora serán 500.000 + 32 + 120. Eso da un total de 500.152 chanchos.

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